miércoles, 12 de junio de 2013

El ojo de la tormenta



Aviso: Esta entrada va de la tercera temporada de Game of Thrones, así que si eres quisquilloso con los spoilers, mejor que te veas la tercera entrega de esta maravilla de George R. R. Martin y HBO... Y luego vuelve, claro.

Anteayer (esta noche en Canal + España) la HBO despedía la tercera temporada de una de sus series franquicia, Game of Thrones, justo en una semana que se ha movido entre la polémica Boda Roja del penúltimo capítulo y la noticia de que ya es la segunda serie más vista de la historia del canal, tras Los Soprano (otra serie que consiguió levantar polémica en su final, por cierto).

Esta tercera entrega de la serie se marcaba el reto de adaptar Tormenta de Espadas, el tercer libro de la saga de Martin. Aunque el salto no era tan grande como el de la primera a la segunda temporada (que fue el de la gran ampliación a nivel geográfico y de líneas argumentales), era el momento que todos los conocedores de los libros estábamos esperando por lo que supone a nivel argumental.
Concretamente, al igual que ocurrió en su paralelo literario, que también se editó en dos volúmenes, la versión televisiva de Tormenta de Espadas se extenderá también a la cuarta temporada, donde seguiremos asistiendo al devenir de una guerra de la que no hemos visto más que sus primeros episodios pero que aún está lejos de terminar, con dos Reyes en Poniente disputándose el trono, el Rey en las Islas del Hierro reclamando su botín y la Madre de Dragones imparable en su camino hacia su legítima heredad. Sin contar con que el Rey más allá del Muro avanza inexorablemente hacia el sur con su ejército de salvajes y gigantes, huyendo de algo que escapa a toda lógica.

Como ya había sucedido en las dos anteriores ("Baelor", "Blackwater"), el gran desafío de este año se encontraba en el noveno episodio. Es el momento que todos, empezando por los propios creadores de la serie, estaban esperando. La Boda Roja es el momento estelar de la saga para la inmensa mayoría de sus lectores, que, aunque no con esta visibilidad, también tuvieron sus reacciones indignadas, igual que los televidentes, cuyas caras de asustados/cabreados son parte ya de la mitología de la serie.

Personalmente, me debato entre criticar una parte de los cambios (a mi modo de ver innecesarios, como la historia de Robb y Talyssa, otros son totalmente comprensibles) que se han hecho con respecto a los libros y reconocer el inmenso mérito que tiene la serie como adaptación. Porque no es fácil  adaptar un libro de chorrocientas páginas en más o menos diez horas de televisión, y menos cuando incluyes escenas que pretenden explicar cosas que en papel se pueden explicar de forma más fluida o porque  narrativamente escoges no dar un salto temporal en una de tus historias.

Pero más allá del debate sobre la fidelidad de la adaptación, se impone el hecho de que Game of Thrones es hoy por hoy una referencia en el mundo de la televisión, tanto a nivel de calidad de producción (por mucho de que se haya montado polémica por las ¡cejas! de Daenerys y Cersei, ambad morenísimas en el mundo real) como a nivel de repercusión mediática-social de la serie.

Gran parte del éxito de la serie reside en la capacidad de mantener la tensión de la historia aún cuando aparentemente no pasen cosas. "Aparentemente", porque Game of Thrones no es una serie de acción simple y llanamente, sino que va mucho más allá y la mayor parte de las veces es más importante lo que pasa casi inadvertido en el segundo plano que lo que llama realmente la atención.

Como digo, la gran virtud de la serie es ser capaz de mantener la tensión, porque, a medida que teadentras en la serie y en el universo narrativo de Martin, te das cuenta de que los cánones habituales de las historias no se cumplen. La mejor prueba de ello es precisamente la Boda Roja, o la escena del septo de Baelor. Como el propio Martin le comentaba a Conan O'Brien hace unos días, aquí nadie se salva "porque es el héroe". 

Lo mejor de todo es que hay Game of Thrones para rato. Al menos tres temporadas más tienen ya su paralelo literario (la segunda parte de Tormenta de Espadas y las dos últimas entregas de la saga hasta hoy: Festín de Cuervos y Danza de Dragones) y el año que viene con algo de suerte tendremos ya la edición inglesa del sexto, penúltimo, libro de la serie: Vientos del Invierno.

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